Conectar Desigualdad

28 enero, 2025

El Gobierno Nacional anunció el inicio de un proceso de reformas en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), una medida que atenta directamente contra el poder del Estado que actualmente posee la Compañia Administradora Del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA).

La Secretaría de Energía que dirige María Tettamanti emitió un comunicado en el que asegura que el objetivo es “garantizar un sistema eléctrico más eficiente, competitivo y sostenible” .

Los tres puntos principales que destacan desde el Gobierno son la descentralización de la gestión de combustibles, el fomento de contratos bilaterales libres en el Mercado y el cumplimiento de contratos vigentes. Todo puede que parezca sencillo, pero no lo es en absoluto.

Desmontar o intentar quitar del medio a Cammesa, empresa a la cual se le cortó prematuramente el suministro monetario cuando el gobierno inició su cruzada anti déficit, hoy parece quedar fuera de la foto que a futuro se pretende en cuanto a distribución y costos de la energía.

Esta medida propone además que las empresas generadores de voltaje procuren conseguir sus propios combustibles, llámese gas, fuel oil o lo que fuere, como una prueba piloto de “libre competencia” lo que pudiera generar un “sálvesequienpuedismo” de ribetes impredecibles.

La Secretaría de Energía parece buscar el acuerdo entre partes que tanto a pregonado el Presidente Milei casi para cualquier transacción, recordemos aquel debate por la venta de órganos, circunstancia que llevada a la práctica ya se verifica con la mencionada nota publicada en las últimas horas por este portal, donde se anuncia el casamiento entre Pampa Energia, un verdadero matrimonio por conveniencia en donde los hermanos Mastellone (gran usuario) se asegura la porción de luz que precisa por intermedio de un estrechón de cables con Pampa con su ala de aerogeneración por molinos de viento de sus 5 parques eólicos.

La medida se supone, beneficiará a muchas o ciertas empresas que ya habían empezado a celebrar acuerdos para proveer de energía de formada privada. Al caso de Pampa Energía y la Serenenisima puede sumarse el de MSU Green Energy con Sofitel.

Nuevamente, si hay un sector que en nuestro país luce pujante y suculento es el energético. De lo que hay, no falta nada y de lo que abunda, habrá entonces que encontrarle lugar o nuevos pasos para almacenar y exportar, como es el caso del gas a licuar.

Las preguntas que subyacen entonces son: ¿Por qué el Gobierno le da la espalda a Cammesa, una empresa con la que hasta ahora pudo diagramar, mal que mal, una distribución energética medianamente acorde a la demanda? ¿Qué pasará con la deuda que mantiene el gobierno con Cammesa que generó con este retraso, la primer inclinación en la balanza comercial en favor del equipo de Caputo?

¿Pueden los particulares y los nuevos grandes jugadores de la generación de energía andar tejiendo acuerdos en particular para abastecer de electricidad con preferencia a sus clientes incluso dejando de lado industrias o poblaciones? ¿Qué sucedería si en pos de satisfacer tal o cual cliente grande, las distribuidoras decidieran dejar sin tensión a barrios populares o sectores más humildes? ¿Es este el panorama distópico que anida latente detrás de los nuevos protocolos o esta redacción esta subiendo en demasía el amperaje de sus sospechas?

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