Inviertan, la casa invita

El Gobierno de Javier Milei presentó un Plan Nacional de Obras de Ampliación del Transporte Eléctrico, con el objetivo de mejorar la infraestructura energética del país y garantizar el abastecimiento en distintas regiones con financiamiento privado pero que el costo final le será facturado a los usuarios.

La iniciativa que contempla la construcción de nuevas líneas de transmisión y estaciones transformadoras, con una inversión estimada en 9.900 millones de dólares que inicialmente provendrá de inversiones privadas, el esquema de recuperación de costos plantea que el dinero invertido será devuelto a través de tarifas y mecanismos estatales, lo que implica que, en última instancia, los usuarios serán quienes absorberán el gasto.

¿Cómo se financia el plan?

El proyecto se basa en un modelo de inversión donde las empresas privadas financian la construcción de la infraestructura, pero luego recuperan su inversión mediante tarifas reguladas y aportes estatales. Esto significa que, aunque el Estado no desembolse directamente los fondos iniciales, los costos serán trasladados a los consumidores a través de la factura de electricidad.

Según el documento oficial, el plan busca expandir en un 36% la red de transporte eléctrico y aumentar la capacidad de transformación en un 42%. Sin embargo, el impacto en las tarifas aún no ha sido detallado, lo que genera incertidumbre sobre cómo afectará a los hogares y las industrias.

El rol de los subsidios en el sistema eléctrico

Durante las últimas dos décadas, el Estado destinó 150.000 millones de dólares en subsidios al sector energético, con el objetivo de asegurar inversiones en infraestructura y mantener tarifas accesibles para los usuarios. Estos fondos ayudaron a equilibrar el costo de la energía y evitar aumentos abruptos en las facturas de hogares e industrias.

Sin embargo, la falta de una planificación eficiente en la asignación de estos recursos generó desafíos en el desarrollo del sistema de transporte eléctrico. En los últimos seis años, solo se ejecutó el 38% de las inversiones necesarias en transmisión, lo que dejó al 35% de las instalaciones al borde de su vida útil.

¿Cuáles son los proyectos incluidos?

El plan contempla la construcción de 11.800 kilómetros de nuevas líneas de transmisión y la instalación de 16.000 MVA de potencia de transformación. Entre las obras más destacadas se encuentran:

• Expansión del sistema de transporte en 500 kV, con nuevas líneas y estaciones transformadoras en distintas regiones del país.
• Plan Federal III, que busca mejorar el transporte eléctrico en 132 kV en varias provincias.
• Interconexión de 500 kV entre Santa Cruz y Tierra del Fuego, un proyecto clave para mejorar el abastecimiento en el sur del país.
• Nueva conexión internacional entre Formosa y Villa Hayes (Paraguay), que fortalecerá el intercambio energético con el país vecino.
• Readecuación de estaciones transformadoras existentes, para optimizar el funcionamiento del sistema actual.

¿Qué implica para los usuarios?

El esquema de financiamiento de este tipo de obras no es nuevo en Argentina. En el pasado, proyectos similares han terminado impactando en el costo de la energía, con aumentos progresivos en las tarifas. La clave estará en cómo se estructuren los mecanismos de recuperación de inversión y si el Estado implementa medidas para amortiguar el impacto en los consumidores.

Mientras el Gobierno avanza con la planificación y ejecución de las obras, el debate sobre quién paga la cuenta sigue abierto.