Tarifa congelada, debate caliente: la Comisión de Diputados discutió el futuro del régimen de Zona Fría

9 octubre, 2025

En la Comisión de Defensa del Consumidor, Usuarios y Competencia de la Cámara de Diputados se vivió este martes una escena que ya es un clásico de la política energética argentina: un debate técnico envuelto en temperaturas extremas.

La discusión por el futuro de la Ley 27.637, conocida como “Zona Fría”, encendió los micrófonos en torno al Proyecto de Presupuesto 2026, que propone eliminar los beneficios para más de 2,5 millones de usuarios.

La sesión tuvo como protagonista a Federico Basualdo, exsubsecretario de Energía Eléctrica, quien no solo desplegó un diagnóstico preciso sino que recordó el contexto político y económico que dio origen a la ley en 2021.

“Máximo Kirchner presentó el proyecto en un escenario de salida de la pandemia, con una caída de más de 10 puntos del PBI y una crisis social profunda. La ley vino a ampliar el régimen patagónico y a proteger a los usuarios en base a estudios climatológicos y de consumo”, explicó Basualdo sin titubeos.

La propuesta oficial incluida en el Presupuesto 2026 apunta a derogar los artículos centrales de la Ley de Zona Fría (del 4 al 8), lo que en la práctica significaría retroceder al régimen original limitado a la Patagonia. Esto dejaría afuera a diez provincias y a más de 2,5 millones de hogares que fueron incorporados al esquema de descuentos entre 2021 y 2022.

El régimen actual otorga una reducción de entre 30 % y 50 % en la factura final de gas natural, dependiendo del nivel de ingresos, y se financia mediante un fideicomiso abastecido por un cargo aplicado a toda la demanda. “La idea de reducción o eliminación de subsidios aquí no aplica, es la propia demanda la que está financiando a los hogares que consumen más por las condiciones climáticas a las que están sometidos”, remarcó Basualdo.

El exfuncionario fue tajante al señalar que el proyecto oficial “propone volver al régimen patagónico, es decir, eliminar a 2 millones y medio de usuarios el beneficio de zona fría, restringiéndolo solo para la zona patagónica”. Y advirtió que esto ocurre en un contexto de tarifazos generalizados: “Si uno analiza los aumentos, que en promedio superaron el 1000 %, no responden a ningún índice de la economía real, sino a una recomposición de los ingresos y una transferencia de renta a la industria energética”.

En otras palabras, mientras el discurso oficial habla de “ordenar subsidios”, lo que está en juego es un amortiguador clave frente a una política tarifaria fuertemente regresiva. Basualdo también subrayó que el beneficio no solo modera el impacto de los aumentos, sino que “compensa la suspensión de obras de infraestructura energética, que encarecerá el abastecimiento y expondrá a la economía nacional a los vaivenes internacionales”.

Un punto especialmente sensible del debate es el destino del fideicomiso que financia el régimen. “Este gobierno tiene la costumbre de derogar regímenes especiales como estos, pero seguir recaudando y usando fondos con otros destinos en el presupuesto nacional que no tienen que ver con el bienestar económico ni social del pueblo argentino”, disparó Basualdo, en un tramo de su intervención que generó murmullos en la sala.

La duda no es menor: si se deroga el beneficio pero no el cargo, el Estado nacional podría seguir captando recursos sin trasladarlos a los usuarios que enfrentan inviernos más duros. Una suerte de “tarifa polar sin abrigo fiscal”.

El exsubsecretario cerró con un mensaje político afilado: “El régimen de zonas frías fue criticado desde distintos puntos de vista. Desde la ignorancia, diciendo que hay que reducir los subsidios cuando no existen subsidios en este régimen especial; y desde la idea de que es demasiado generoso geográficamente. Todas las políticas son perfectibles, pero lo que está haciendo el gobierno nacional no es eso, sino eliminar el beneficio”.

Si el proyecto oficial prospera, millones de hogares, comercios y municipios dejarán de recibir descuentos en sus facturas de gas justo en un contexto de crisis cambiaria y tarifaria. “Lo que se ve en el futuro es un serio castigo sobre las economías de los hogares”, anticipó Basualdo antes de que le levantaran el cartel de “un minuto” para cerrar.

La metáfora es inevitable: en un país donde los inviernos son largos y las políticas cortoplacistas, el calor del hogar puede convertirse rápidamente en un lujo.

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